
Avril Lavigne perfecciona poco a poco su aspecto para intentar convertirse en lo que antaño tanto criticó: una rubia sectaria típica y tonta. Lo último ya lo consiguió hace tiempo, pero lo primero le está llevando más de lo que pensaba.
Si empezó por quitarse los pantalones anchos para enfundarse en minifaldas, olvidar sus zapatillas para calzar unos Manolo Blahni y destiñó su pelo como cualquiera de nuestras chicas del peróxido habría hecho, ahora pasa a retocar su dentadura. Según la revista American Star, la cantante siempre ha odiado sus colmillos "porque todo el mundo le mira fijamente la boca al cantar" y es por eso que piensa rebajarlos en cuanto pueda.
De ser cierto habría que hablar con Avril para preguntarle si prefiere que su público le observe las tetas al cantar (cosa que sería más extraña que mirar la boca de un cantante) y ya de paso decirle que deseamos que sus retoques queden mejor que los de Hilary con su boca de caballo percherón.
Por cierto, desde A.P. le recomendamos los bocadillos de lima, que son muy eficaces para tal fin y tienen mucho hierro, pero ojo, sólo se pueden comer entre rejas.
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1 comentario:
¡Ah! Por eso ha decicidido hacer sus apariciones públicas con cada vez menos ropa... Porque le miraban mucho la boca al cantar... A ver si así puede distraer la atención del público con otros de sus atributos, aunque si ella se define a sí misma como cantante... Aquí hay algo que no me cuadra... Quizá es porque soy rubia XD ¡Ya lo tengo! Por eso ha decidido emepezar a hacerse también la manicura en vez de usar un rotulador negro. Porque desde que empezó a aporrear el piano y la batería en sus espéctaculos lamentables notó que la gente le miraba las manos... Raro raro raro, ¿no?
En fin, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y todos sabemos que Avril nunca entrará en la réplica subterránea con servivio de comida rápida del salón de los Spears ;)
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