TEORÍA DE LA SECTA: DESARROLLO CRONOLÓGICO DE LOS HECHOS (V)

Año 2003, no queremos ser pesados pero aún seguimos fuera del salón de los Spears

Tras años en la sombra de Tú a Londres y yo a California, Lindsay Lohan tiene el honor de ser elegida para interpretar el papel co-protagonista en el remake Freaky Friday. Su papel exige teñirse con mechas oxigenadas al estilo Pícara pero más fashion, lo que da lugar al principio del fin. En esta película, Lindsay tenía que aporrear tocar la guitarra eléctrica y berrear cantar. Cuando la película ya había sido estrenada la Secretaria Mayor convocó a la Cúpula de las secretarias y de La Secta con el motivo de ir todas juntas a verla. Al acabar, la madre de Brit, que es muy avispada, se dio cuenta de que Lindsay tocaba muy bien mal la guitarra [ver vídeo adjunto] y la consideró como una potencial aspirante a entrar en La Secta. En este instante y sin tiempo que perder, la madre de Britney utilizó todos sus contactos para cerciorarse de que la carrera de Lindsay se orientara hacia La Secta sin posibilidad de desviarse.

Por otro lado teníamos a Haylie Duff, una niña prodigio, que desde su más tierna infancia compuso sus propias canciones con letras asombrosamente maduras para su edad. Con ellas consiguió adentrarse en el maravilloso mundo de la farándula, hasta que la pubertad trajo consigo la mayor de las desgracias y Haylie dejó de ser atractiva para los directivos de las marcas de cereales, quedándose así en la cola del paro. Despechada, desengañada, desencantada, indignada, enfurecida, encolerizada, escarmentada, defraudada, sulfurada y decepcionada (no sé si nos olvidamos de algo) a Haylie no le quedó otra que saldar su relación con el mundo del espectáculo, exteriorizándolo al teñirse de castaño, lo que era un deshonor para cualquier miembro de La Secta. Pero todo cambió cuando su hermana Hilary le tomó el relevo. Hizo muchos anuncios, muchas películas (si merecen esa calificación) y por fin su popularidad ascendió hasta los cielos al protagonizar la serie Lizzie McGuire.

Pero este ya es otro cantar demasiado largo para ser narrado en unas breves líneas, así que disfrutaréis de él la semana que viene.