¡A peroxidarse!: TEORÍA DE LA SECTA: LA VERDADERA HISTORIA

La verdadera historia de La Secta (Parte V)

-BEYONCE-

Su carrera comenzó muy pronto como la del resto, era muy pequeña cuando se introdujo en el grupo musical Destiny’s Child [Foto 1]. Aún se desconoce cómo consiguió información acerca de La Secta, pero lo que sí sabemos con seguridad es que ella quería triunfar con o sin su grupo. De este modo abandonó a sus amigas de toda la vida, descubrió que el primer requisito para pasar a formar parte de La Secta era teñirse de rubio y no se lo pensó dos veces. Pero para no levantar sospechas lo hizo progresivamente; comenzando por el castaño oscuro, luego el castaño claro, después se dio unas mechas rubias y por último se tiñó por completo de rubio [Foto 2] .
Cuando Beyoncé comenzó este proceso, su amiga y también componente del grupo, Kelly Rowland, se dio cuenta de que algo extraño ocurría. Sintió que Beyoncé se distanciaba de ella y de su mundo, entonces decidió recuperarla como fuera. Tenía una ligera sospecha de que estaba metida en algo raro que tenía que ver con el color de su pelo y creyendo que sabía el secreto se tiñó de de rojo [Foto 3], y lejos de ser una ayuda, sólo sirvió para distanciarlas todavía más: los de la compañía de discos encontraron el nuevo look de Kelly muy comercial y le ofrecieron comenzar una carrera en solitario. Kelly, agotada y frustrada por los intentos en vano de rescatar a su amiga, aceptó la oferta, también tentada por el éxito individual que eso supondría para ella. Beyoncé, demasiado ambiciosa y cegada por el dinero y el éxito, no tardó en convertirse en la líder del grupo. Más tarde sacó su primer disco en solitario y alcanzó la fama en su estado más puro [Foto 4]. En poco tiempo adquirió el corte de pelo oficial, La Secta se puso en contacto con ella indicándole cómo debía peinarse para ser admitida, Beyoncé siguió atentamente las instrucciones y fue aceptada [Foto 5]. Ahora sufre de doble personalidad, lo que ha provocado que tenga un estilo de baile único, intransferible, íntimo y personal cuya característica principal es exteriorizar las convulsiones que carcomen su conciencia.