17 de octubre de 2006

Tendencias Vol. II

Maquíllate como Lindsay. Es muy fácil, no hace falta estilo ni criterio a la hora de elegir los tonos de carmín. Tan sólo introduce la mano en tu estuche de pinturas y extrae al azar los siguientes elementos: una barra de labios, un colorete y un poco de mal gusto. Y ¡voilà! Tu estilismo será único y genuíno, nadie te copiará. Si te pierdes en la nieve en un día de ventisca te localizarán sin problemas. Cuando vayas a una fiesta todos se asombrarán al verte así y eclipsarás tanto a las mujeres más bellas que ni se te acercarán. Tan sólo una advertencia: Homer Simpson consiguió en su esposa resultados similares al inventar el bazooka de maquillaje, pero no fueron muy reconfortantes.

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